El tumor maligno (comúnmente llamado cáncer) es una enfermedad muy complicada caracterizada por el crecimiento descontrolado de células. Las células que normalmente deberían crecer, dividirse y morir pasan por alto este último paso y continúan creciendo, dividiéndose y luego convirtiéndose en un tumor canceroso.
Este último, a su vez, puede interferir con los sistemas digestivo, nervioso e incluso circulatorio y, al producir diversas sustancias (hormonas, toxinas y otras), interrumpe el trabajo de todo el cuerpo. Un tumor maligno se caracteriza por que las células se desprenden del tumor primario y se desplazan con la sangre o la linfa a otros lugares del cuerpo, donde, tras su implantación, dan lugar a nuevos tumores. Este proceso se denomina diseminación de la enfermedad y los tumores resultantes se denominan metástasis.
Hay más de 100 tipos de cáncer, y el tipo de cáncer está determinado por el tipo de célula afectada. El cáncer puede afectar cualquier parte del cuerpo humano, incluso los ojos o el corazón, lo que suele ser una sorpresa ya que solo se conocen comúnmente los tipos más comunes.
Cada tipo de cáncer es diferente, tiene diferentes causas, síntomas y efectos, y se trata de manera diferente. Sin embargo, como con cualquier enfermedad, hay tipos de cáncer que son más comunes que otros.
Los siguientes tipos de cáncer como los más comunes:
- cáncer de mama
- glándula prostática
- pulmones y bronquios
- colon
- vejiga
- ganglios linfáticos
- piel
- riñones y pelvis renal
- páncreas
- boca y laringe
- ovarios
La causa raíz del cáncer es un gen dañado o defectuoso. Los genes son las unidades que le dicen a nuestras células qué hacer.
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La prevención consiste en observar el propio cuerpo y cuidarlo. En el caso de la prevención del cáncer de piel, por ejemplo, los cambios en la piel que se desarrollan en el cuerpo deben controlarse periódicamente. Sin embargo, una dieta saludable y un estilo de vida activo pueden reducir el riesgo de desarrollar cualquiera de los tipos de cáncer.