El diagnóstico de cáncer siempre ha sido, es y será difícil. Este es un momento que nadie espera y ciertamente no espera. Esta es una situación difícil, incluso de crisis y traumática. El momento en que el mundo se pone patas arriba para los enfermos. El paciente es consciente de los cambios que le esperan. Estos cambios afectan a todos los niveles y se dan tanto en el ámbito emocional, como en el cognitivo y conductual. El paciente se hace muchas preguntas: „¿me dolerá?”, „¿cómo voy a sobrellevar el dolor?”, „¿me moriré?”, „¿cuánto tiempo durará todo esto?”.
Hay que poner en suspenso los planes de vida o los sueños. La forma de pensar también está cambiando. Este no es un momento fácil en absoluto. Todos los demás roles, como el profesional, el familiar y el social, dejan de ser importantes. De repente, el paciente y su familia se centran únicamente en la enfermedad.
La palabra „cáncer” evoca muchas emociones fuertes. Una de las reacciones más comunes es el miedo. Los pacientes no saben lo que les espera. Tienen miedo del diagnóstico en sí, luego del tratamiento y, por supuesto, del pronóstico. Su condición se deteriorará, perderán la esperanza de un mañana mejor. En el ámbito profesional, probablemente perderán su trabajo.
Al principio hay conmoción, incredulidad, negación y luego ira hacia uno mismo. El paciente comienza a reprocharse mucho, por ejemplo, no fui a los exámenes, no me cuidé / no me cuidé, comí mal / no comí bien y muchos otros. En mi opinión, una persona absolutamente enferma no debería acusarse de tales cosas. El cáncer puede afectar a cualquiera, incluso a las personas que comen sano y llevan un estilo de vida activo. En este caso, la genética no puede ser engañada. Después de todo, muchos cánceres que sufren tanto jóvenes como adultos están determinados genéticamente.
Después de pensar y luchar conmigo mismo viene la fase de pujar y regatear , por ejemplo, si me recupero, haré caridad y haré algo bueno, ayudaré a los demás, cambiaré.
En algún momento, el estado de ánimo del paciente es depresivo . Esta fase suele denominarse depresión. ¿Por qué? Bueno, sus síntomas y la forma en que se comporta el paciente son similares al trastorno del estado de ánimo, que es la depresión. Una vez que el paciente ha superado esta etapa, aparece la siguiente. A menudo se le llama aceptación. El paciente en esta etapa se resignó a su enfermedad, perdió la salud y se resignó a su destino. Recordemos que esto no significa que sea lo suficientemente fuerte como para lidiar con todo solo. Es muy importante apoyar a sus familiares: familiares, amigos y conocidos.
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Autora: Agata Ernst
Fuente:
- De Walden-Gałuszko, K. „Psicooncología en la práctica clínica”, Varsovia, 2015, Wydawnictwo Lekarskie PZWL.