Las personas mayores requieren un enfoque especial en la lucha contra el cáncer. Se estima que más de la mitad de los nuevos casos de tumores malignos se diagnostican en personas mayores de 65 años, lo que plantea la necesidad de explorar los principios de la atención integral en oncología geriátrica.
¿Por qué es difícil alimentar a las personas mayores con cáncer?
El cáncer en el anciano es un reto, entre otros, por:
- Multimorbilidad.
- Tomando muchos medicamentos diferentes.
- Contenido reducido de masa corporal magra.
- Alteración de la calidad de las funciones cognitivas.
- Dependencia.
- Soledad.
- Condiciones socioeconómicas.
Para asegurar la mejor atención al paciente anciano oncológico, es recomendable analizar todas las áreas del funcionamiento del paciente y, en base a ello, preparar una terapia individualizada. Las recomendaciones elaboradas para una persona mayor deben tener en cuenta la capacidad funcional, generalmente entendida como salud física, la situación social del paciente, así como el bienestar y la salud mental.
Desnutrición, sarcopenia, síndrome de fragilidad
La desnutrición es un problema que afecta a la mayoría de los pacientes oncológicos en algún estadio de la enfermedad, pero en los ancianos tanto el riesgo de desnutrición como sus consecuencias son más graves. La pérdida de peso involuntaria y otros síntomas estrechamente relacionados con la desnutrición son más comunes en los cánceres de cabeza y cuello, así como en los cánceres del tracto gastrointestinal superior, pero la presencia de desnutrición no siempre se traduce en cambios notables en el peso corporal.
En la atención geriátrica no sólo se debe tener en cuenta la desnutrición existente, sino que también se debe evaluar el riesgo de que se presente en el futuro en pacientes sin alteraciones visibles del estado nutricional. Un fenómeno importante en geriatría es la sarcopenia, es decir, pérdida de masa y fuerza muscular, lo que repercute negativamente en el pronóstico y la calidad de vida del paciente.
Las personas mayores con desnutrición también suelen ser diagnosticadas con el síndrome de fertilidad, que también es un factor independiente que empeora el pronóstico de un paciente oncológico. El síndrome de fragilidad consiste en disminución de la fuerza muscular, debilidad, pérdida de peso involuntaria, poca actividad física y marcha lenta.
Lo más importante en el manejo del anciano oncológico es el diagnóstico precoz de la desnutrición o, si es posible, su prevención y mantenimiento de un peso corporal normal debido a la fuerte relación entre el estado nutricional y el pronóstico. Cualquier síntoma preocupante relacionado con la ingesta de alimentos, el peso corporal, la fuerza muscular o la condición física y mental generalmente entendida debe informarse al especialista correspondiente.
Recomendaciones nutricionales para personas mayores con cáncer
El aporte energético debe ajustarse al estado nutricional actual, tolerancia y actividad física del paciente. Generalmente se acepta suministrar de 20 a 25 kcal por kilogramo de peso corporal por día para mantener un estado nutricional adecuado, y 30 kcal/kg de peso corporal por día cuando existe la necesidad de aumentar de peso. El aporte proteico debe ser de al menos 1 g/kg de peso corporal al día, o de 1,2 a 1,5 g en desnutrición, con escaras u otras indicaciones médicas.
El suministro de otros ingredientes debe satisfacer las necesidades diarias del paciente de todas las vitaminas y microelementos. Se debe prestar especial atención al aporte de vitamina D (5-15 microgramos por día), que se debe complementar en función de los resultados de las pruebas de laboratorio. También se observan con frecuencia carencias de vitaminas B6, B12 y ácido fólico , por lo que se recomienda una alimentación sana y variada y la suplementación en caso de carencias confirmadas por laboratorio.
Igualmente, el suministro de fibra dietética debe ser de 25 a 30 g por día, pero vale la pena tener en cuenta las necesidades individuales del paciente. En el caso de la diarrea, el aporte de fibra debe ser menor, y sus fuentes deben ser productos ricos en fibra soluble, por ejemplo, salvado de avena, cebada, frutas, papas. En caso de estreñimiento, se debe aumentar el aporte de fibra, y serán especialmente beneficiosos los productos ricos en fibra insoluble, por ejemplo, el salvado de trigo, las harinas integrales, las legumbres, las crucíferas, los frutos secos.
El aporte de fibra debe ir asociado a un aporte adecuado de líquidos. El consumo de grandes cantidades de alimentos ricos en fibra sin una ingesta adecuada de líquidos puede empeorar el estreñimiento. La hidratación es un elemento importante en el grupo de adultos mayores debido a la disminución de la sensación de sed, la frecuente falta de hábito de beber agua, el uso excesivo de sal y la ingesta de diuréticos.
También la ingesta de agua debe ser de unos 30 ml/kg de peso corporal al día. A su vez, la introducción de batidos a base de agua, sopas y bebidas de frutas/verduras sin azúcar es útil para mantener una hidratación adecuada.
Vale la pena asegurarse de que el paciente coma de 4 a 6 comidas saludables. En el caso de mala tolerancia o pérdida importante del apetito, es beneficioso introducir más comidas de menor volumen y servir las comidas en platos grandes y claros. Un elemento importante para mantener el estado nutricional adecuado del paciente es también el ambiente adecuado y el mantenimiento de los contactos sociales y la sensación de cercanía durante una comida .
Observación mientras come
En el caso de las personas mayores que padecen cáncer, vale la pena observar el proceso de alimentación de los pacientes. El tiempo de comida prolongado, la fatiga y el desánimo del paciente pueden causar desnutrición, que se puede prevenir alimentando al paciente, cambiando la consistencia de la dieta o implementando una intervención de tratamiento nutricional adecuada.
Los trastornos de la deglución (disfagia) son un problema importante en el grupo de personas mayores, lo que constituye otro argumento importante para observar al paciente durante las comidas. La tos, la aspiración frecuente, la sensación de atasco en la garganta, el cambio de voz después de tragar o el dolor deben incitar a la consulta inmediata con un médico debido al riesgo de empeoramiento de la desnutrición, pero sobre todo, al aumento del riesgo de neumonía por aspiración.
La prevención de la desnutrición es el elemento más importante del cuidado dietético de los pacientes geriátricos, ya que afecta la calidad del tratamiento contra el cáncer y mejora el pronóstico del paciente. El tratamiento de la desnutrición es posible y efectivo siempre que se haga un diagnóstico adecuado y se implemente una intervención adecuada de tratamiento nutricional.
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Autor: Elwira Gliwska
Fuentes
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