Linfomas: ¿Cuáles son los síntomas y cómo tratarlos?

Los linfomas son los cánceres de sangre más comunes y representan el 2% de todos los tumores malignos. Esto los convierte en el sexto cáncer más común en adultos. Los linfomas son un grupo heterogéneo de cánceres que se originan en el sistema linfático (linfático), que forma parte del sistema inmunitario del organismo. 

El sistema linfático incluye médula ósea, timo, ganglios linfáticos, amígdalas y bazo. Los ganglios linfáticos actúan como filtros para retener varios patógenos. Contienen numerosas células del sistema inmunológico, incluyendo Linfocitos T y B, que juegan un papel clave en la respuesta inmune contra patógenos. Por el contrario, el timo y la médula ósea son los lugares donde se forman y maduran los linfocitos. 

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¿Cómo se forman los linfomas?

Los linfomas surgen como resultado de un error en la formación o maduración de las células del sistema inmunitario: linfocitos T, linfocitos B o, con menor frecuencia, células asesinas naturales (NK). El motivo de tal error puede ser: exposición a productos químicos (por ejemplo, herbicidas, pesticidas, quimioterapia previa), radiación ionizante, infecciones virales y bacterianas o enfermedades autoinmunes. En la mayoría de los casos, sin embargo, se desconoce la causa del desarrollo de la enfermedad. 

¿Cuáles son los síntomas del linfoma?

Los linfocitos anormales se dividen sin control y pueden afectar a casi todos los órganos. Si la médula ósea y la sangre están afectadas, la enfermedad puede causar síntomas de leucemia (fase leucémica del linfoma). Los síntomas del linfoma pueden parecerse a una infección, por lo que siempre debemos consultar síntomas persistentes como:

  • Fiebre. 
  • Sudores nocturnos.
  • Pérdida de peso. 
  • Ganglios linfáticos agrandados. 

Puede presentarse dolor abdominal e ictericia cuando el bazo o el hígado están involucrados, y anemia y trombocitopenia cuando la enfermedad afecta la médula ósea.

Características y tratamiento de los linfomas

Los linfomas se dividen en dos grupos básicos:

  • Linfoma de Hodgkin.
  • Linfomas no Hodgkin (la mayoría).

La clasificación de linfomas de la OMS incluye más de 90 tipos. Los más comunes son el linfoma difuso de células B grandes (DLBCL), el linfoma folicular y el linfoma de Hodgkin. En la práctica clínica, los linfomas se dividen en altamente agresivos, agresivos e indolentes. 

Los linfomas altamente agresivos incluyen el linfoma de Burkitt y la leucemia linfoblástica aguda. El primero se caracteriza por un curso extremadamente rápido de la enfermedad con síntomas típicos de los linfomas. A pesar de la altísima agresividad, la implementación de un tratamiento quimioterapéutico adecuado permite curar alrededor del 80% de los pacientes.

El linfoma difuso de células B grandes es el más común de todos los linfomas; este es el tipo agresivo de linfoma que se origina en los ganglios linfáticos. El objetivo de la terapia DLBCL es la recuperación completa, que tiene éxito en aproximadamente el 50% de los casos. 

Las formas avanzadas de linfoma se tratan con quimioterapia, a menudo en combinación con inmunoterapia y terapia dirigida. Paradójicamente, cuanto más agresivo es el linfoma, más eficaz es la quimioterapia y mayores son las posibilidades de curación. En el caso de los linfomas agresivos se consigue la remisión completa de la enfermedad en más del 60% de los pacientes.

Los linfomas de crecimiento lento incluyen la leucemia linfocítica crónica y el linfoma folicular. Inicialmente, la enfermedad es asintomática y, a menudo, puede detectarse accidentalmente, por ejemplo, durante los exámenes de rutina. Entonces, el tratamiento puede no ser necesario o la radioterapia local puede ser suficiente. Debido a la naturaleza crónica de estas formas de linfoma, el objetivo terapéutico no es una cura completa, sino el período de remisión más largo posible. 

El linfoma de Hodgkin difiere de otros linfomas en el cuadro y curso de la enfermedad. Se manifiesta por aumento de tamaño de los ganglios linfáticos (normalmente los situados por encima del diafragma), debilidad y fatigabilidad excesiva, picor de la piel. 

Como resultado del agrandamiento de los ganglios linfáticos en el área del pecho, puede ocurrir dificultad para respirar y tos, y en el área abdominal, hinchazón y estreñimiento. También se caracteriza por dos picos de incidencia: a una edad temprana entre los 20 y los 30 años y después de los 50 años. La mayoría de los pacientes con linfoma de Hodgkin se curan con quimioterapia.

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Autor: Natalia Tarlowska

Fuentes:

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