El asesino silencioso: eso es lo que dicen sobre el cáncer de pulmón. Es un cáncer cuyos primeros síntomas aparecen tardíamente y, por ser inespecíficos, son fáciles de subestimar. Esta es una de las razones por las que en España el cáncer de pulmón se diagnostica con mayor frecuencia en la tercera y cuarta etapa de desarrollo, cuando las posibilidades terapéuticas son limitadas. ¿Qué se puede hacer para detectar a tiempo la enfermedad en desarrollo? ¿Cuáles son las formas de tratarlo?
Vigilancia oncológica
La mayoría de los cánceres de pulmón se desarrollan de forma latente hasta que hacen metástasis. Si hay síntomas tempranos, la mayoría de las veces son inespecíficos. La tos prolongada, la ronquera, el dolor torácico, la dificultad para respirar y el aumento de la fatiga se atribuyen fácilmente a otras enfermedades, especialmente a las crónicas como la EPOC o la insuficiencia cardíaca. Por lo tanto, estos síntomas inespecíficos no deben subestimarse, deben tratarse como alarmantes y diagnosticarse cuidadosamente. Esto es especialmente cierto para las personas en el grupo de alto riesgo:
- Mayores de 40 años.
- Con adicción prolongada al tabaco.
- Con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Expuestos a factores ocupacionales o ambientales nocivos.
La observación cuidadosa del trabajo de su propio cuerpo y el informe de dolencias nuevas y a largo plazo al médico le permite mantenerse oncológicamente vigilante. Gracias a ella, el cáncer se puede diagnosticar en una etapa temprana y se puede iniciar un tratamiento eficaz.
Pruebas de diagnóstico del cáncer de pulmón
El primer paso en el diagnóstico del cáncer de pulmón es una radiografía de tórax. Si los resultados resultan perturbadores, por ejemplo, cambios neoplásicos en el mediastino, atelectasias o enfisema, se realiza una tomografía computarizada (TC).
La tomografía computarizada, al igual que la radiografía de tórax, se basa en la radiación ionizante. Esta prueba es segura y mínimamente invasiva y explora el órgano desde diferentes ángulos. Toma una serie de imágenes y crea una imagen precisa del área examinada (incluidos los huesos y los tejidos blandos).
En el diagnóstico oncológico, el objetivo es realizar exámenes microscópicos y citológicos lo antes posible. Por lo tanto, después de la tomografía computarizada, el paciente es remitido para una broncoscopia, un examen endoscópico, que se utiliza para evaluar el tracto respiratorio, tomando fragmentos del tejido enfermo, se envía para una evaluación histopatológica para diagnosticar el cáncer, determinar su tipo y grado. de malignidad. En base al resultado histopatológico obtenido, se determina la vía de tratamiento.
Hay dos tipos principales de cáncer de pulmón: de células pequeñas (SCLC) y de células no pequeñas (NSCLC). Los nombres se refieren a sus características morfológicas visibles bajo el microscopio. El cáncer de pulmón de células no pequeñas ocurre en el 80% de los casos, y más de la mitad de los diagnósticos son adenocarcinomas. El 10-20% del NSCLC está determinado genéticamente. Si se sospecha una mutación genética, el diagnóstico se amplía para incluir pruebas especializadas. Una vez que se confirma el adenocarcinoma con la presencia de ciertas mutaciones en los genes, se usa la terapia dirigida para el tratamiento.
Métodos de tratamiento del cáncer de pulmón
El método de tratamiento del cáncer de pulmón depende del tipo de cáncer, su etapa y la salud general del paciente. Básicamente, existen tres vías de manejo: quirúrgica, mediante quimioterapia y/o inmunoterapia y radioterapia, y sintomática.
Los pacientes con cáncer detectado en una etapa temprana y con buen pronóstico son elegibles para un tratamiento radical. Se recomienda que las operaciones se realicen de la forma menos invasiva posible, con el uso de herramientas laparoscópicas modernas o sistemas robóticos.
Actualmente, el procedimiento estándar es la terapia combinada, que consiste en el uso de diversas técnicas quirúrgicas, quimio y radioterapéuticas. La inmunoterapia también se utiliza cada vez más. Los buenos resultados del tratamiento se logran combinando la cirugía con la quimioterapia, pero sólo algunos pacientes que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad pueden beneficiarse de esta solución.
Por otro lado, los ensayos clínicos para pacientes con cáncer de pulmón están disponibles de forma gratuita en los centros de investigación clínica. Actualmente, se están realizando ensayos clínicos como PYRAMID-1, el cual está destinado a pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC) y una mutación específica en el gen HER2. El estudio evalúa la seguridad y la eficacia de pirotinib en comparación con docetaxel (un medicamento anticancerígeno autorizado) para el NSCLC que no ha respondido a la quimioterapia.
Cuanto antes se detecte el cáncer de pulmón, mejor será el pronóstico del tratamiento. De ahí la importancia de las revisiones preventivas periódicas en colectivos especialmente vulnerables y el mantenimiento de la vigilancia oncológica.
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Autor: Tomasz Mydłowski, internista, neumólogo en Salve Medica.