Del 3 al 6 de septiembre de 2022, nuevamente, se llevó a cabo el congreso ESPEN. Después de dos años de pandemia, la 44ª edición del congreso podría celebrarse de forma estacionaria en Viena. El Congreso ESPEN es el resultado de la cooperación entre tres países: Austria, Croacia y Eslovenia, y fue creado para permitir que los expertos en nutrición clínica intercambien experiencias y creen un espacio para el desarrollo de pautas paneuropeas.
El tema dominante entre las sesiones fueron los temas relacionados con el COVID 19 y los efectos de la pandemia. Como los expertos enfatizaron repetidamente durante el evento, la pandemia ha afectado no solo nuestra salud, sino también la forma en que vivimos, trabajamos y nos educamos. Los efectos de la pandemia se observan en casi todos los ámbitos de la vida, y también afecta temas relacionados con la alimentación.
Entre las numerosas sesiones temáticas, también se encontraban las dedicadas al manejo nutricional en oncología.
No solo nutrición
Por primera vez, durante el congreso, no solo se promovió la idea de una dieta valiosa, sino también la actividad física. El lema “eat and move” (“come y muévete”) que acompañó al evento pretendía fomentar la actividad física, pero también concienciar a la gente de su importancia en la terapia terapéutica. Se recomienda el movimiento a cualquier persona que no tenga contraindicaciones médicas, ya que puede afectar positivamente los efectos del tratamiento.
La actividad física combinada con una dieta correctamente equilibrada puede ser de gran importancia para los pacientes con cáncer. Como aprendieron los participantes del congreso, mantener el trabajo muscular permite a los pacientes mantener el llamado masa corporal magra en el nivel adecuado, previniendo así la caquexia, prolongando la vida de los pacientes y mejorando su calidad. La actividad física también es un elemento de pre-habilitación, es decir, preparar al paciente antes de la implementación del tratamiento seleccionado. Por tanto, el cáncer no siempre tiene que estar asociado a una renuncia total a la actividad física. Por el contrario, puede proporcionar un importante apoyo al tratamiento.
¿Qué pasa después del tratamiento?
Durante la edición de este año del evento , se enfatizó muchas veces la importancia de la calidad de vida de los pacientes oncológicos. Cada vez más, los expertos prestan atención a la calidad de vida en el proceso de tratamiento oncológico y después de su finalización. Desde el punto de vista nutricional, se enfatizó la importancia de prevenir y combatir la desnutrición, la hidratación adecuada y la actividad física antes, durante y después del tratamiento, ya que estos factores parecían tener un fuerte impacto en la calidad de vida de los pacientes. Además, durante la discusión, también se discutió el papel de fortalecer al paciente y alentarlo a participar en el proceso de tratamiento. Incluir al paciente en los procesos de toma de decisiones puede permitir mejores resultados e influir positivamente en la calidad de vida.
Según los expertos, la calidad de vida del paciente debe ser considerada desde el momento en que se diagnostica la enfermedad. La preparación física, dietética y mental adecuada debe constituir un apoyo rutinario para los pacientes con cáncer debido a su importante impacto en los resultados del tratamiento y la calidad de vida después de la enfermedad.
Microbiota y cáncer
Uno de los temas más interesantes relacionados con el cáncer durante el congreso fue una conferencia sobre la relación entre la microbiota intestinal y la aparición de tipos individuales de cáncer. En primer lugar, se enfatizó que la dieta y la nutrición son solo uno de los elementos que afectan el microbioma. La composición de especies del microbioma también se ve afectada por la contaminación ambiental, las drogas, los genes y más. Sin embargo, vale la pena saber que una dieta poco saludable, baja en fibra y alta en el consumo de carne, puede afectar el crecimiento de bacterias intestinales que aumentan el riesgo de cáncer colorrectal. Las bacterias malas asociadas con un mayor riesgo de cáncer colorrectal incluyen Fusobacterium nucleatum. Hasta el momento, ya se han identificado una serie de mecanismos específicos de interacción entre las bacterias y las células del cuerpo humano que promueven la transformación neoplásica. Las bacterias patógenas pueden causar inflamación crónica dentro de la mucosa, dañar el material genético e interrumpir importantes vías de señalización en el cuerpo. Una dieta rica en grasas animales y baja en fibra promueve no solo el cáncer sino también otras enfermedades intestinales crónicas al alterar el microbioma intestinal.
Aunque la dieta es solo uno de los muchos factores que dan forma al microbioma, vale la pena recordar que la dieta es uno de los factores en los que podemos influir y, al cuidarla, podemos afectar nuestro riesgo de cáncer.
¿Mirtazapina para la caquexia por cáncer?
Un informe interesante entre los estudios de investigación fue, entre otros, la discusión sobre el efecto de la mirtazapina en el tratamiento de la caquexia por cáncer, y los resultados presentados parecen ser prometedores. La mirtazapina es un fármaco con propiedades antidepresivas e hipnóticas, que en un estudio realizado por el Dr. J. Turcott del Instituto Nacional del Cáncer de México tuvo un efecto positivo en la ingesta energética en un grupo de pacientes oncológicos. Según el investigador, este fármaco puede resultar un apoyo barato y bien tolerado en la caquexia por cáncer en el futuro.
La nutrición es tu derecho: la Declaración de Viena
El elemento más importante de la 44ª edición del congreso ESPEN fue la firma de la Declaración conjunta de Viena que define el derecho al cuidado nutricional como uno de los derechos humanos.
Como se destacó durante el discurso introductorio, toda persona tiene derecho al más alto nivel posible de salud. El derecho a la salud abarca todos los factores socioeconómicos que contribuyen a la salud, incluidos los alimentos y la nutrición adecuada.
El derecho humano a la alimentación debe ser respetado en todos los ámbitos, incluidas las situaciones clínicas específicas. Los enfermos deben ser alimentados en condiciones dignas y tener el derecho fundamental a no pasar hambre.
Además, la desnutrición relacionada con enfermedades es una condición común causada por prácticamente cualquier enfermedad, con un impacto negativo en la calidad de vida de una persona. Dado que la desnutrición exacerba los efectos negativos de la enfermedad, aumenta la mortalidad y prolonga la estancia hospitalaria, se asocia con costos innecesarios de atención médica. Por este motivo, la terapia nutricional debe ser realizada por personal sanitario formado y competente (Dietistas/Dietistas, Enfermeras, médicos, farmacéuticos).
Desafortunadamente, el derecho a la nutrición a menudo se minimiza en entornos clínicos, lo que resulta en un número inaceptable de personas que padecen enfermedades relacionadas con la desnutrición, lo cual es un desprecio por el derecho a la salud.
La declaración tiene como principal objetivo promover el reconocimiento del cuidado nutricional como uno de los derechos humanos de todas las personas. La declaración también pretende ser un punto de referencia para futuras actividades de las sociedades clínicas y científicas con el fin de proporcionar una atención nutricional adecuada a cada paciente. El documento también define los valores, objetivos y principios básicos para mejorar la calidad de la atención nutricional de los pacientes. Igualmente, la creación de la declaración también permite crear conciencia sobre la desnutrición relacionada con la enfermedad y las consecuencias de la falta de atención nutricional adecuada.
Por otro lado, la realización del derecho a la nutrición como uno de los derechos humanos requiere intervenciones apropiadas a nivel de política de salud. A su vez, la base para la implementación de este derecho es la educación adecuada en el campo de la nutrición clínica y la realización de investigaciones científicas de alta calidad. Para implementar el acceso equitativo y justo a la atención nutricional se requiere apoyo institucional y acción basada en equipos interdisciplinarios. Por último, se debe hacer hincapié en el empoderamiento del paciente en el proceso de tratamiento como factor clave para tomar las medidas necesarias para optimizar la atención nutricional.
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Autora: Elwira Gliwska, nutricionista clínica.