Cuándo la anemia requiere intervención médica

El tratamiento del cáncer (tanto quimioterapia como radioterapia) destruye las células que se dividen rápidamente. El efecto es la eliminación de las células cancerosas que se dividen con frecuencia, pero la consecuencia es la destrucción de las células sanas responsables de la producción de glóbulos blancos (leucocitos y su fracción más grande, los neutrocitos, los más importantes desde el punto de vista de las posibles complicaciones). ) y la destrucción de glóbulos rojos (eritrocitos) y plaquetas (trombocitos). Esta complicación se llama mielosupresión.

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Dependiendo de la fracción de glóbulos que se destruyen, distinguimos neutropenia (disminución en el nivel de neutrocitos), anemia (en otras palabras, anemia – por definición, una disminución en el nivel de eritrocitos, en la práctica el nivel de hemoglobina es importante) y trombocitopenia (trombocitopenia – una disminución en el nivel de plaquetas).

Según el grado de daño de la médula ósea, distinguimos el grado I, II, III y IV (los grados III y IV son clínicamente significativos). Por otro lado, dependiendo del número de líneas hematopoyéticas dañadas, distinguimos el pene de uno, dos o tres sistemas. La complicación más peligrosa es la pancitopenia, que afecta tanto a los glóbulos blancos como a los rojos y a las plaquetas.

El objetivo de esta breve guía es discutir de una manera sencilla y accesible para los pacientes los problemas relacionados con las complicaciones derivadas del desplazamiento de la médula ósea. Además, se pretende explicar la terminología médica básica para que el paciente pueda entender más fácilmente su historia clínica (por ejemplo, ficha informativa) y las recomendaciones que le da el oncólogo.

Merece la pena saber qué situaciones concretas deben obligar al paciente a acudir al médico profesional, y también cómo afrontar los efectos secundarios más leves del tratamiento oncológico. Esto es importante porque en muchos casos una simple intervención («no médica» – «domiciliaria») puede contrarrestar positivamente los efectos secundarios y mejorar significativamente la calidad de vida del paciente.

¿Qué es la anemia?

La anemia es una disminución en el nivel de hemoglobina (Hb), hematocrito (Ht) y recuento de glóbulos rojos por debajo del límite inferior normal.

La gravedad de la anemia se evalúa por la concentración de hemoglobina.

  • Anemia asintomática III grado: descenso del nivel de Hb < 8 mg/dl sin síntomas de anemia.
  • Anemia asintomática en estadio IV: descenso del nivel de Hb < 6,5 mg/dl sin síntomas de anemia.
  • Anemia sintomática: cualquier grado de anemia acompañada de síntomas clínicos graves de anemia.

En la práctica, no sólo es importante el valor absoluto de la concentración de hemoglobina, sino también el grado de adaptación del paciente (condicionando la aparición de síntomas anémicos).

Simplemente, es una limitación de la capacidad de la médula ósea para producir glóbulos rojos, que son los encargados de transportar el oxígeno a todas las partes del cuerpo.

Por lo tanto, como consecuencia de la anemia, se suministra muy poco oxígeno («energía») a las células del cuerpo, lo que provoca una serie de consecuencias para el cuerpo.

Síntomas de la anemia:

  • cansancio, debilidad, hastío, sensación de cansancio y «estrecha»;
  • problemas de concentración y atención;
  • problemas con las actividades diarias;
  • apatía, falta de motivación, depresión y agotamiento emocional, pero también ansiedad, excesiva irritabilidad e irritabilidad;
  • pérdida de cabello, tez pálida, piel pálida o los llamados piel «terrosa» con tendencia a secarse, agrietando las comisuras de la boca;
  • trastornos hormonales, disminución de la libido;
  • trastornos del sueño;
  • latidos cardíacos rápidos, sensación de latidos cardíacos fuertes/irregulares;
  • sudores fríos, sensación de «falta de aire», tinnitus;
  • disminución de la tolerancia al ejercicio, tendencia a tener dificultad para respirar;
  • síntomas de insuficiencia cardíaca (incluyendo edema y empeoramiento de los síntomas de la enfermedad de las arterias coronarias);
  • dolor de cabeza;
  • trastornos gastrointestinales (náuseas, estreñimiento, anorexia, malabsorción, caquexia);
  • desórdenes metabólicos;
  • inmunodeficiencia;
  • bajando la calidad de vida.

Síntomas que requieren consulta médica urgente:

– Mareos, escotoma delante de los ojos, síncope, dificultad respiratoria intensa, dolor torácico (síntomas de alarma – necesidad de realizar urgentemente un hemograma completo).

Tanto el cáncer en sí como su tratamiento suelen ir acompañados de cansancio y agotamiento emocional; mientras que la intensificación de estos síntomas puede ser consecuencia de la anemia, condición que requiere intervención médica urgente.

Afrontamiento / Prevención de la anemia:

  • una dieta equilibrada rica en carnes rojas (ternera, hígado) y verduras de hoja verde (espinacas, lechuga, col) y remolacha;
  • manejo adecuado del tiempo;
  • evitando el sobreesfuerzo;
  • cuidar el sueño y la relajación;
  • la capacidad de delegar razonablemente responsabilidades a otros miembros de la familia;
  • evitar el estrés excesivo;
  • ejercicios de respiración y relajación;
  • Levantamiento lento y tranquilo desde una posición acostada, pasando por una posición sentada, hasta una posición de pie, evitando los mareos causados ​​por la salida de sangre a las partes inferiores del cuerpo, que se producen al levantarse bruscamente.

Consejo para los médicos de cabecera:

La inclusión del tratamiento sintomático de la anemia de forma ambulatoria no escapa a la competencia del médico de atención primaria.

La transfusión de sangre en pacientes sometidos a quimioterapia se puede realizar de forma segura en las salas de medicina interna y no requiere supervisión oncológica. Esto es de suma importancia tanto por la lejanía del centro oncológico al lugar de residencia del paciente como por la falta de un número adecuado de salas de oncología fijas que brinden a los pacientes la posibilidad de una hospitalización urgente.

El criterio de elegibilidad comúnmente aceptado para la transfusión es RBC – Hb < 8 mg/dl. Por otro lado, la indicación absoluta es el shock hipovolémico como consecuencia de la pérdida de sangre y anemia de cualquier grado, acompañada de síntomas clínicos severos, que requieren corrección inmediata del valor de hemoglobina.

Intervenciones médicas/oncológicas:

  • suplementos de hierro, ácido fólico, vitamina B12: la decisión de incluir preparados que los contengan recae en el médico y se toma después de realizar un panel de pruebas de laboratorio (la llamada economía del hierro); debido a los diferentes tipos de anemia que requieren diferentes procedimientos, no tome suplementos sin consultar a su médico;
  • inhibición del sangrado;
  • revisión de medicamentos utilizados por el paciente;
  • uso profiláctico de eritropoyetina (por ejemplo, darbopoetina alfa), observando criterios oncológicos estrictos para la inclusión del preparado – después de analizar los beneficios y pérdidas resultantes de posibles complicaciones tromboembólicas;
  • transfusión de concentrado de glóbulos rojos – RBC (transfusión de sangre);
  • la necesidad de posponer la próxima quimioterapia o la necesidad de reducir la dosis de citostáticos (las implicaciones relacionadas con este tema se describen en el capítulo sobre neutropenia).

Los trastornos hematológicos se encuentran entre las complicaciones más comunes asociadas al tratamiento oncológico. Determinan la intensidad de la quimioterapia administrada (o dosis de radioterapia). La prevención eficaz así como el correcto diagnóstico y tratamiento de las complicaciones de la médula ósea condicionan el mantenimiento de un ritmo adecuado y dosis adecuadas de tratamiento oncológico.

En caso de síntomas que sugieran neutropenia, anemia o trombocitopenia, se debe realizar PRIMERO un hemograma completo con frotis . Si se confirman niveles bajos de parámetros morfológicos, es necesario contactar al médico tratante, médico de atención primaria y, si es necesario, a un oncólogo (médico principal o médico de guardia).

El examen morfológico se puede realizar fácilmente tanto en los centros de atención primaria como en los servicios de urgencias, SUH (servicios de urgencias) o la sala de ingreso de cualquier hospital. El resultado suele estar disponible casi de inmediato.

En ausencia de acceso al examen bajo el Fondo Nacional de Salud, vale la pena recordar que el costo de un examen morfológico realizado en forma privada es bajo (aproximadamente una docena de zlotys). La morfología permitirá distinguir las dolencias triviales de los síntomas que amenazan la vida. Por lo tanto, realizar un examen morfológico es realmente crucial.

También hay que recordar que antes de una consulta oncológica -tanto presencial como telefónica- es necesario realizar un hemograma completo; sin su resultado, el médico no podrá en modo alguno proporcionar ningún consejo médico profesional.

Además, es absolutamente necesario recordar realizar un examen morfológico antes de:

  • el primer ciclo de quimioterapia y cada ciclo subsiguiente;
  • tratamiento de conducto o extracción dental (en este caso, la condición para realizar
    cualquier procedimiento dental invasivo es los valores correctos de neutrófilos, hemoglobina y plaquetas; además, después del procedimiento es necesario iniciar la terapia con antibióticos (por ejemplo, clindamicina, doxiciclina o amoxicilina con ácido clavulónico);
  • diagnósticos invasivos realizados durante la quimioterapia (p. ej., cistoscopia, HSG);
  • cualquier procedimiento quirúrgico realizado durante el tratamiento con citostáticos, así como otros procedimientos invasivos diagnósticos y terapéuticos (p. ej., biopsia con aguja gruesa, extracción de ganglios linfáticos para su examen, pleurodesis).

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Autora: Agnieszka Bryjak, especialista en oncología clínica, Salve Medica

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