La comunicación es uno de los aspectos más importantes de nuestras vidas. Sin embargo, cabe señalar que la comunicación con un paciente oncológico debe ser delicada y reflexiva. Una persona que padece cáncer necesita mucho apoyo, amor y, sobre todo, conversación en este momento.
A nivel psicológico, el cáncer es, en cierta medida, una ciencia de la comunicación. Se trata de expresar tus miedos, necesidades y emociones difíciles. Este es un desafío para cualquier relación.
Como con cualquier comunicación, puede haber alguna interferencia. Tales perturbaciones se denominan doble comunicación, que ocurre cuando el mensaje verbal (palabras) es inconsistente con el mensaje no verbal (por ejemplo, mirada, expresiones faciales).
En el caso del cáncer, en la relación médico-paciente o paciente-psicólogo/psicooncólogo, este último es el responsable de la comunicación. La comunicación debe tener lugar de tal manera que el paciente se sienta seguro y protegido. Sus necesidades, problemas actuales y expectativas también son muy importantes.
Entonces, ¿cómo proporcionar al paciente oncológico las condiciones anteriores? Bueno, lo más importante de todo esto es escuchar (escucha activa), utilizar técnicas de comunicación y construir relaciones.
¿Cuáles son los beneficios de una comunicación adecuada?
- Mejora el estado de ánimo y la actividad mental.
- Aumenta la satisfacción del paciente con su atención.
- Apoya el tratamiento.
Vale la pena prestar atención a la formulación de ejemplos de oraciones y declaraciones. Son inaceptables: «todo irá bien», «te quedan unos meses de vida», «ya no se puede hacer nada».
Las declaraciones sugeridas incluyen, pero no se limitan a:
- «Es imposible predecir cómo se desarrollará la enfermedad en su caso».
- «Quiero asegurarte que haremos todo lo posible para que te sientas lo mejor posible”.
Recuerda no hablar demasiado. En primer lugar, necesitas escuchar más de lo que hablas. Entrar en el llamado «los zapatos de los enfermos» no es fácil. No demos consejos, no demos sermones ni monólogos. Pregúntele al paciente qué necesita y cómo se siente. Preguntémosle también sobre las emociones. Es muy importante.
No usemos frases como: «todo estará bien», «de alguna manera saldrá bien», «eres una persona fuerte, así que no te rindas». Frases como esta comunicacion cercana. El paciente, después de escucharlos, no siente que sus miedos y pensamientos sean comprendidos y por lo tanto respetados.
Entonces puede haber un bloqueo. Al paciente le da vergüenza hablar de lo que necesita, lo que le duele, lo que siente, cuáles son sus miedos. Ella se enfada. Muy a menudo prefiere estar solo y no quiere hablar con nadie. Este comportamiento puede conducir a la depresión, lo que agravará aún más su condición.
¿A qué más vale la pena prestar atención?
Recuerde no forzar la conversación . A veces los pacientes no tienen ganas de hablar y tienen derecho a hacerlo. No prometamos nada , este es otro punto al que hay que prestar atención. No podemos prometer algo de lo que no estamos seguros.
Lo más importante en todo esto es ser – estar presente. No compare: cada persona es diferente y, por lo tanto, la enfermedad también es diferente para cada persona y procede de manera diferente.
Anímelos a expresar sus sentimientos y emociones: cuando el paciente tenga ganas de llorar, déjelos. No digamos “no llores” porque así evitamos que el enfermo exprese sus emociones.
Muestre interés: cada paciente tiene sus propias necesidades y es una persona con sus propios sentimientos. Todo el mundo es sensible. No siempre hablemos de la enfermedad, resultados de exámenes, etc. Anime al paciente a hablar de otro tema.
Este texto fue creado gracias a los pagos recurrentes de más de 8.000 donantes habituales. ¡Haz clic y únete al increíble grupo de luchadores contra el cáncer!
Autora: Agata Ernst
Fuente:
- De Walden – Gałuszko K. Psicooncología en la práctica clínica. Varsovia, 2015, Medical Publishing House PZWL.