El Cáncer de Piel y el Cambio Climático.

Una Amenaza Emergente para la Salud Dermatológica

El cáncer de piel es una preocupación creciente en todo el mundo, y la importancia de la prevención es ahora más relevante que nunca, especialmente con el impacto del cambio climático. Nuestra piel, el órgano más grande del cuerpo humano, es nuestra barrera natural contra el medio ambiente y necesita un cuidado adecuado para protegernos de daños potenciales.

El Impacto del Cambio Climático

El cambio climático está llevando a un aumento en la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol, lo que puede tener consecuencias significativas para nuestra piel. La disminución de la capa de ozono, causada en gran parte por la liberación de gases de efecto invernadero, ha dejado a la Tierra más vulnerable a la radiación UV dañina.

Esta radiación puede penetrar en las capas más profundas de la piel, causando mutaciones en el ADN y aumentando el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Es esencial que tomemos medidas preventivas para protegernos de estos riesgos y salvaguardar nuestra salud.

Datos sobre el Cáncer de Piel y el Cambio Climático

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de piel es una de las formas más comunes de cáncer en el mundo. Cada año se diagnostican aproximadamente 3 millones de nuevos casos de cáncer de piel. En España, esta cifra alcanza alrededor de 90,000 nuevos casos de melanoma y no melanoma anualmente, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

El incremento en la incidencia del cáncer de piel ha sido especialmente notable en áreas cercanas al ecuador, donde la exposición a la radiación UV es más intensa. Sin embargo, el aumento en la incidencia también ha sido significativo en otras regiones, debido al cambio climático global.

La Prevención como Aliada

La buena noticia es que la prevención es nuestra aliada más poderosa en la lucha contra el cáncer de piel. Aquí hay algunas pautas importantes para proteger nuestra piel y minimizar el riesgo:

  1. Protector Solar: Utilizar protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, y aplicarlo generosamente y con frecuencia, especialmente cuando estamos al aire libre.
  2. Ropa y Sombreros: Cubrir la piel con ropa de protección, como camisas de manga larga y sombreros de ala ancha, para reducir la exposición directa al sol.
  3. Evitar Horas Pico: Tratar de evitar la exposición directa al sol durante las horas pico, generalmente de 10 a.m. a 4 p.m., cuando los rayos UV son más fuertes.
  4. Lugares de Sombra: Buscar refugio en lugares sombreados y utilizar sombrillas en la playa o al aire libre.
  5. Autoexamen: Realizar autoexámenes regulares de la piel para detectar cambios en lunares o manchas que puedan ser sospechosos.

Educación y Conciencia

Además de la prevención individual, es fundamental aumentar la educación y la conciencia sobre el cáncer de piel. Organizaciones como la Fundación Oncológica Alivia están comprometidas con difundir información sobre los riesgos y las medidas preventivas necesarias para proteger nuestra piel.

Es fundamental que asumamos nuestra responsabilidad en el cuidado de nuestra piel y que impulsemos una cultura de protección frente al sol en nuestra sociedad. La prevención y la detección temprana son esenciales para reducir la incidencia y el impacto del cáncer de piel.

 Según el Dr. Hiram Ruiz, dermatólogo especialista en cirugía de Mohs, cada exposición al sol sin protección contribuye al daño acumulativo en la piel. Las quemaduras solares en la infancia y la adolescencia, así como la exposición excesiva al sol a lo largo de la vida, aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel en la edad adulta. La piel tiene memoria, recuerda el daño acumulado y puede manifestarse décadas después en forma de cáncer cutáneo.

«Sabemos que el factor principal del cáncer de piel es la exposición solar y la cantidad de melanina que tenemos genéticamente. El daño solar es acumulativo y no perdona, la mutación sigue hasta que llega a cáncer»

Dr. Hiram Ruiz,

Debe ser una prioridad

El cáncer de piel es una realidad que afecta a personas de todas las edades y regiones del mundo. Con el cambio climático intensificando los riesgos, la prevención se convierte en una prioridad ineludible. Cuidar de nuestra piel, el órgano más grande y valioso de nuestro cuerpo, es un acto de amor propio y responsabilidad.

Al proteger nuestra piel del sol y concienciar sobre la importancia de la prevención, podemos trabajar juntos para reducir el impacto del cáncer de piel y construir un futuro más saludable y seguro para todos. La prevención es nuestro escudo contra el cáncer de piel, y juntos, podemos marcar la diferencia en la protección de nuestra piel y nuestra salud.

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